viernes, 28 de diciembre de 2007

LA VIOLINISTA

Buenas de nuevo

Como cada noche que tocabas, estaba allí en mi butaca sin número, donde se veía un gran primer plano del escenario, te ví salir sonriendo, saludaste al publico agachándote y aplaudiéndoles, en breve, te pusiste el violín en el hombro, esa fué la señal que esperaba todo el mundo, se guardó silencio y empezaste a tocar, cada nota me acariciaba el alma y me dejaba volar por el aire como si fuera una pluma, fueron dos horas mágicas y cuando acabaste, decidí enviarte una rosa, te la habías ganado con creces.
Salí del Covent Garden y como siempre, me puse mi Mp3 y volví a escucharte de nuevo, pues, de verdad, a pesar de mi silla de ruedas, me haces volar y soñar lugares y todo, como cada noche.

Saludos

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