Buenas de nuevo
Nunca me di cuenta del precio de una sonrisa tuya, ahora que siempre estás conmigo, que vamos juntos a todas partes, te enseño sin miedo y sé que gustas y eso me encanta, me hace estar más contento.
Por eso, cuando te llevé a aquel parque a pasear y a aquel niño se le escapó la pelota, y se la di, su madre me sonrió a la, cual yo le devolví la sonrisa, mientras, me envolvía la suave brisa de un parque en otoño.
Saludos
miércoles, 8 de agosto de 2007
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