martes, 24 de julio de 2007

LO QUE EL CORAZON ME DICTE XXXIII PARTE

Buenas de nuevo

Busqué, un pueblecito a las afueras, una valla de madera de cedro, delimitaba el terreno, verde con el color oro del maíz, con frondosos árboles a ambos lados, y algunas vacas pastando, caballos en un corral cercano,y al fondo, aquella casa de dos pisos, muy rústica, pero también, confortable, dentro solo 4 muebles y una acogedora chimenea, para el invierno.

Tal y como había soñado, ahora solo tenía que buscarme a alguien para que, el calor de la casa, no fuera solo de la chimenea

Saludos

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