Hoy, he vuelto a echar la vista atrás, época Meiji, la sangre aún fresca mezclada
con el olor de la flor del cerezo blanco, resulta súmamente embriagador y seductor, como cada noche que mato, me tomo un par de botellas de sake tibio, su sabor me da esperanzas de que algún día, cuelgue la katana y me dedique a cualquier otra cosa, mientras sea un ronin, no tendré mas remedio que cumplir las ordenes que se me encomienden. He regresado a mi siglo y sigo anclado a este empleo, sin futuro en esta cadena de fábrica....mmmm....en breve volveré a mi época Meiji.Saludos
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